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Reflexiones de un Bombero de Barcelona desde el 12/08/1966 hasta 01/01/2007

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PRIMERA LÍNEA DE ATAQUE

Batallitas de sobremesa 

Este fue uno de los primeros artículos que se expuse en ideasdebombero en mayo del año 2003  ahora  en la mayoría de países de nuestro entorno europeo siguen criterios parecidos y por ello sin añadir ni eliminar nada, en febrero del 2007 lo he pasado a primera línea de actualidad.     (ver   videos)

En las reuniones y charlas de sobremesa, comentando con el personal que ha intervenido en incendios de nivel 3 en locales confinados penetrando en busca del foco el interior de almacenes, sótanos, barcos, etc. reiteradamente se escucha de los porta lanzas la imposibilidad que se han encontrado para continuar el avance dentro de un local a partir de cierto punto. Ese punto o lugar que solo permite estar durante escasos minutos, notando como el cuerpo se deshidrata, cuando no la escozor que produce la temperatura al introducirse en las partes menos cubiertas o protegidas consiguiendo hacerte retroceder o incluso salir rápidamente con sensación de desamparo de haber estado en peligro sin haber llegado ni siquiera a ver el resplandor del fuego.

Cuando enseñan las marcas que el calor ha dejado en sus mejillas, en el cuello o en sus muñecas, es cuando les hago una pregunta de la que ya conozco la respuesta por las veces que se repite.

¿Qué línea de ataque utilizabais.  .  .?

Una línea de ataque de 25 m/m .  .  .  .La respuesta siempre es la misma.

 

Método y prioridades

La metodología de intervención ha sufrido una transformación posiblemente porque afortunadamente el número de incendios de importancia ha descendido en las dos o tres últimas décadas y muchas de las pruebas y experiencias que reciben los nuevos bomberos son las que se realizan en contenedores para prácticas donde en un recinto controlado, realmente se puede apreciar las evoluciones del fuego y sus reacciones ante el agua, el vapor, la ausencia de oxígeno, la ventilación, la protección que suponen las piezas del vestuario de fuego, etc. Estas experiencias son gratificantes porque llegas a comprobar y comprender cosas que ya conocías y aplicabas otras que simplemente aplicabas y otras de las que no tenías ni idea las pones en práctica y realmente funcionan.

El orden de las prioridades de nuestra intervención no han variado, sigue siendo prioritario el tiempo, el acudir al lugar en el menos tiempo posible para primeramente evacuar a las personas que puedan estar en peligro, y para evitar que el fuego se amplíe controlando la propagación, seguida y finalmente extinguir el fuego de forma que no se pueda volver a reproducir

Factor tiempo

En las intervenciones por incendio sin duda el tiempo será el factor prioritario en el desarrollo de nuestra intervención, la rapidez en llegar al lugar del siniestro y una vez en el mismo aplicar con premura el agua o agente extintor al foco, es donde siempre se apoyará  el éxito de nuestras intervenciones.

Por eso descendemos por una barra en vez de bajar por las escaleras, por ello hacemos sonar las sirenas para que nos cedan el paso, porque si llegamos a los pocos minutos de haberse iniciado el incendio tendremos el máximo de posibilidades de controlarlo y extinguirlo, pero cuando el tiempo se prolonga todo son problemas, la temperatura se eleva con mucha rapidez, los cristales se rompen y se crean corrientes de aire, el fuego se propaga, empiezan a caer cosas del techo, las estanterías se desmoronan, explotan cosas, es necesario penetrar en busca del foco para neutralizar su energía en el menor tiempo posible, porque la temperatura unida al tiempo hará más daño, llegará a afectar la estructura de la construcción y aumentara la posibilidad de que se produzcan derrumbes aunque sean parciales.

Bajo caudal, alta presión 

Desde unos años hacia aquí, el uso de la manguera de 25 se ha generalizado de tal forma, que se considera como la manguera idónea para ser utilizada en primer ataque en todo tipo de incendios, su reducido peso la hace fácil de manejar por los dos bomberos que forman el equipo de ataque, trabajando a presiones muy elevadas 25-30 bars en punta de lanza se consigue un caudal adecuado con apenas retroceso que aplicándolo en cortas y seguidas pulsaciones de agua pulverizada hacia el humo caliente del techo, se consiguen las condiciones de inhibición del conocido efecto FLASHOVER logrando una extinción con menos  consumo de agua. Además la manguera de 25 cumple perfectamente su doble función como cuerda guía que une al porta lanzas con el exterior, incluso mejor que una cuerda o una manguera de 45.

Con el empleo de las mangueras de 25 trabajando en alta presión, todo serán ventajas en la gran mayoría de los incendios que se produzcan en interiores reducidos o en viviendas, pero ello no la convierte en la manguera de referencia ya que precisamente ante incendios de cierta voracidad y dimensiones es cuando se aprecian sus limitaciones aunque sea utilizando alta presión.

El caudal que proporciona una manguera de 25 está demostrado que es suficiente para sofocar en locales confinados, pero cuando se ha de entrar a buscar el foco, la temperatura es muy elevada, la distancia al punto de ataque es de tres mangueras y se precisa protección, el caudal de una difusora de 25 aún en alta presión será insuficiente para proteger del propio vapor que genera a quienes se encuentran detrás del chorro difuso de la lanza, en interiores con tiraje hacía el acceso, donde la única salida para los vapores es la entrada. También el caudal de una línea de 25 será insuficiente para enfriar la estructura de la zona del foco, los pilares, jácenas, vigas, o enfriar recipientes que contengan líquidos o gases inflamables al mismo tiempo que se está atacando el fuego lo que sin duda supondrá un mayor riesgo para los porta lanzas

Las personas que está previsto evacuar, se protegerán de las llamas o incluso del humo, con un caudal adecuado de agua pulverizada que forme una pantalla, una barrera intermedia cuanto más densa mejor. La misma pantalla-barrera que se necesitará para impedir que el fuego se propague por el interior o por el exterior a otras plantas o zonas y ello no se consigue con el caudal que proporciona la manguera de 25

Esto no va

El equipo de ataque entra hasta donde les permite la temperatura y el sentido común y en ese lugar con la vista en el resplandor se aplican impulsos rápidos y continuos hacia el techo esperando la reacción que han probado en un túnel de prácticas o que han visto en un video de formación, pero la respuesta en esta ocasión no se produce. 

Se insiste con nuevos impulsos más rápidos y más largos con el mismo resultado, se aumenta la velocidad y la duración de los impulsos de agua hacia el techo, hasta que se dan cuenta de que se están quemando, que no pueden aguantar en esa posición y han de abandonar la zona e incluso salir al exterior escocidos y desconcertados.

¿Que hemos hecho mal.  .  . que es lo que ha fallado? 

Pues que existen diferentes técnicas y sistemas para conseguir sofocar un incendio en locales confinados y que, mientras se avanza hacia el interior es necesario echar mano de nuestras habilidades y experiencias.

No existe un método maravilloso, el frágil equilibrio que se ha de mantener para crear un vacío enfriando el humo, vacío que ha de llenar el vapor que se forma por los impulsos pulverizados de agua a presión que estamos lanzando, se puede conseguir con la habilidad que proporciona la práctica, siempre y cuando, se den las condiciones de dimensiones del local, altura de techos, la temperatura y velocidad del humo, el ángulo de pulverización y presión del agua, la distancia a la que se encuentra el foco, etc.

  Teniendo que adaptar el ataque a la reacción que se produce en el lugar como consecuencia del método empleado.

Está demostrado que no solo todos los incendios son diferentes, sino que su voracidad y comportamiento van variando con el paso de los minutos, y por eso, ahora desde este lugar y en este momento no se pueden conseguir los resultados que has obtenido hace cinco minutos, por lo que tendrás que emplear, otra táctica, otro caudal, variar el punto de ataque pero en demasiadas ocasiones lo que se hace es:

Enviar a otro equipo al punto de ataque, otros dos bomberos que entran algo mosqueados porque los más lanzados ya han salido con problemas. Generalmente, el segundo equipo que entra en busca del foco salen en menos tiempo que los primeros, han aplicado el mismo sistema pero con chorros de agua de mayor duración y la rápida formación de vapor los ha echado fuera.

Que es lo adecuado

Existe una regla elemental y clara, si en los primeros minutos, después de poner a prueba   los métodos, conocimientos y experiencias como bombero la voracidad o las características del incendio te hacen dudar de que se pueda apagar con rapidez con una línea de 25, ataca con una línea de 45 y nunca te equivocaras.

 Lo único que puede pasar es que después de montar una línea de  mangueras de 45, al primer minuto de ataque el fuego se amorre demostrando que una línea de 25 hubiese sido suficiente, pero esa elección inadecuada no tiene consecuencias no pasa nada, el fuego está amorrado, se para el agua, se pone una reducción, se conecta una manguera de 25 y se continua hasta la extinción de  los rescoldos de todos los rincones con 25.

 La instalación en su tramo inicial ha sido más engorrosa pero la extinción ha sido rápida, no ha habido pérdida de tiempo.

Si los porta lanzas salen requemados diciendo que no han localizado el foco, que es imposible avanzar, que la temperatura es excesiva, no insistas con otro equipo o con otra línea más de 25.

 Cambia de método pásate a un nivel superior y reinicia el ataque con línea de 45.

La elección adecuada de la primera línea de ataque puede motivar en vez de desmoralizar a los porta lanzas, viendo que pueden atacar sin que la reacción al ataque se vuelva en su contra, como en algunas ocasiones ocurre con las difusoras de 25 y generalmente es cuando una incorrecta elección de la primera línea de ataque se transforma en un error al hacer instalar una segunda línea de 25 en el mismo sitio, para doblar el caudal de ataque en el mismo lugar.

Con esta operación no solo se está perdiendo ese tiempo tan valioso sino  que queda claro que se han dejado a un lado los principios de control y sofocación a través de cortos y rápidos impulsos de agua pulverizada a alta presión y se está optando por el ataque directo a saco.

Línea de 25

Como bibliografía y a modo de ejemplo, se exponen las siguientes consideraciones:

Una pistola difusora elkhart de 25 a 7 atms de presión, proporciona un caudal de agua de unos 100 l/min (redondeando)

Un litro de agua pulverizada aplicada al techo y paredes llegara a absorber 538 kilocalorías en ese momento dejará de ser un litro de agua, aumentara su volumen 1700 veces convirtiéndose en 1.700 litros de vapor.

Si en el local hay mucha temperatura y el agua lanzada por una pistola difusora de 25 se distribuye proporcionalmente por techo y paredes, los 100 litros/agua/minuto se transformarán en 170.000 litros/vapor/minuto, este vapor se expandirá de forma muy rápida por todo el local aumentando la presión en el interior de la estancia buscando huecos, puertas o ventanas por donde  expandirse, dificultando o impidiendo que en estos lugares puedan haber llamas (un 30% de vapor de agua en un local no permite la formación de llamas) de ahí la efectividad de la manguera de 25 para sofocar fuegos en interiores

Si en los primeros segundos de estar lanzando agua, no se aprecia un aumento de la temperatura es que por delante tiene salida, la pantalla de agua formada por la difusora impulsa el calor y el vapor hacia delante indicando que hay ventilación y que el caudal empleado empuja los vapores hacia delante lo que dificultara la combustión en lugares donde no se llega con el chorro de la manguera, el avance del equipo de ataque será relativamente rápido.

Pero si la zona del incendio es amplia o no hay salida por delante para el humo y ese vapor que estamos generando. Con la pantalla de agua pulverizada de una manguera de 25 será  insuficiente para mantener el calor hacia delante. El vapor a presión buscará la salida por donde se está formando, hacia atrás donde están los bomberos lanzando el agua, obligándoles a abandonar la posición, porque como ya se ha podido comprobar en innumerables servicios, la pantalla formada con el caudal de agua que descarga una difusora de 25 es insuficiente para proteger al bombero.

Línea de 45

La pistola difusora elkhart de 45m/m a 7 atms. proporciona un caudal de unos 400 litros/minuto lo que supone una equivalencia aproximada a cuatro difusoras de 25.

Siguiendo las mismas proporciones que en el ejemplo anterior el vapor conseguido serán 680.000 litros/vapor/minuto cuatro veces más que la difusora de 25 en el mismo tiempo

La formación de vapor será brutal y a menos que hayan aberturas la difusora de 45 tampoco podrá empujar todo ese vapor y calor hacia delante pero en este caso no tiene tanta importancia, porque la pantalla de agua que forma la difusora de 45 a 7 atms. sí que puede cubrir y proteger a los porta lanzas.

El vapor rebota hacia atrás, envuelve la pantalla de agua tras donde se encuentran los porta lanzas pasando por sobre y alrededor de ellos hacia el exterior, junto a un humo que aumentará 680.000 veces su volumen en los primeros minutos y que sin duda el porcentaje de vapor que arrastra a su paso evitará la formación de llamas.       

ver video portalanzas 1

Al poco, los porta lanzas aprecian que la temperatura ha descendido, antes de avanzar, ponen la lanza en posición de chorro y lo dirigen hacia el techo de la zona que pretenden ocupar, el ruido del impacto del chorro les orientará de la altura a la que se encuentra el techo y los objetos que caigan les informarán si es una buena idea seguir por ese camino.

Avanzaran hasta que de nuevo la temperatura los frene, cambiarán el ángulo del chorro hasta notarse protegidos y lo volverán a cambiar,  chorro hacia delante a derecha e izquierda para tener un gráfico mental de las distancias del lugar donde se encuentran y como premio hacia el fondo se verá el resplandor del foco.

Antes de atacarlo directamente aprovecharán la luz que emite para fotografiar mentalmente el entorno localizando peligros eminentes que dejarán de verse cuando el chorro de agua impacte con el foco, el lugar más caliente y dañado donde el chorro de agua al principio  parece no hacer mella, donde la energía se transforma en vapor y se está expuesto a mayores riesgos.

La dirección y posición del chorro se tendrá que ir cambiando adaptándose la reacciones que se vayan produciendo como consecuencia directa a la aplicación del agua o de la rotura de cristales, abertura de puertas, caídas de estanterías, explosión de envases, aerosoles y posible caída de altillos o elementos de la propia construcción.

Si la procedencia del foco fueran líquidos inflamables, tan solo habría que cambiar la lanza por una de espuma de 200 o de 400 litros/minuto empleando la misma línea de manguera de 45, al igual que si hubiera que inundar un sótano con espuma de alta expansión.

Agua y vapor

En el desarrollo de los procedimientos de ataque, la manguera de 25 sigue siendo tan valida y necesaria como viene demostrando en el la mayoría de los incendios, especialmente empleando alta presión en instalaciones de largo recorrido, plantas elevadas o recorridos tortuosos y esta exposición de procedimientos, no pretende restarle los méritos que sin duda tiene.

Pero ha de quedar claro que lo que apaga el fuego es el agua y el vapor que genera al impactar con paredes, techos o con el propio humo. Si un incendio es grande para proteger a las personas, para controlar su propagación y para extinguirlo necesitara manguera grande, manguera que proporcione más agua, aunque ello pueda suponer destinar más bomberos para introducir la manguera en busca del foco, también la manguera de 45 supondrá un proceso de cálculo para el conductor que no precisa con la de manguera de 25,               ver video portalanzas A

Esta propiedad la conocen bien los bomberos de los años 70 que sin más protección que su casco de aluminio, un traje de mecánico de algodón y chaquetón de cuero podían trabajar en el interior de un local mientras en la misma puerta de entrada no se podía aguantar la temperatura. Si entrabas con una línea de 45 y la temperatura no te permitía mantener la posición o te hacia retroceder, en el mismo lugar en paralelo se tenía que montar una segunda línea de 45 y si con ambos caudales no se podía aguantar la temperatura, era el aviso para salir todos fuera.

También lo conocen los monitores del actual túnel del fuego donde todas las practicas se han diseñado para realizarse con mangueras de 45 porque se sabe que con una manguera de 25 también se apagaría el fuego pero las rebufadas producen quemaduras que no protegen a quienes estén utilizando línea de 25.  Las manos de algunos dan fe que incluso la manguera de 45 ha sido insuficiente en algunos casos.

Colorín colorado

Con la tendencia actual, antes de exponer opiniones de este tipo lo mejor sería callar y dejar que las cosas sigan su curso pero como siempre, expreso mi opinión sobre algo que considero que no se está haciendo bien y como consecuencia cuando se produce un incendio de cierta importancia, se propaga con más facilidad, se tarda más en extinguirlo y los equipos de ataque tienen más riesgo de colapso, todo por no haber elegido al inicio una línea de manguera que pueda proporcionar el caudal que finalmente será el que se está empleando.

Después de haberlo releído haciendo alguna modificación o corrección en la redacción de este artículo, me ha venido en mente la siguiente pregunta . . .

En los 40 años que llevo como bombero en la ciudad de Barcelona, cuantos incidentes o accidentes en nuestra ciudad, han tenido como protagonista el efecto Flashover o el efecto Backdraft. . .? En Barcelona ninguno. . . lo que quiere decir ni uno